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Sábado, 02 Junio 2012 18:33

UNODOSTRESCUATRO

Escrito por

UNO. Mandatos internos. Mandadas al hacer. 

Como dos muñecas que hacen algo que no quieren. Marionetas de su propia danza, se mueven al compás de la nada. Bailan una danza que altera los estados internos más íntimos e irreconocibles. 

Van definiendo las áreas de esta pieza el hacer de todos y cada uno de los miembros del grupo. Y digo esto refiriéndome al hecho de que cada parte del equipo de trabajo ocupa un lugar, no sólo un lugar en relación a su tarea, sino un lugar habitado en la escena misma. Danza, música, iluminación, son elementos activos durante toda la obra. 

 

DOS. Las extremidades de los cuerpos parecen variar su longitud. 

Es por el efecto de las luces, que vibran y hacen latir los ojos. Luces son superficie, integran el espacio y lo dividen. Las áreas del hacer de Los Incorporales, están cubiertas, abrigadas, abrazadas, habitadas, son lugar para el hacer. 

Cada escena está definida por vibraciones formales y esto es lo que, en un sentido, me lleva a emparentar la propuesta con artistas plásticos como Le Parc más que Dan Flavin y Cruz Diez más que Buren, aunque todos anden cerca. No son sólo las áreas de color definidas y fusionadas a la vez, sino que son también las variables que determinan la composición de la obra en su totalidad: color, línea, calidad de movimiento, relaciones de fuerza, espacios en el espacio y sonidos en el aire. 

 

TRES. Dúo-dependencia. 

El cuerpo efectúa su acción en una resonancia que sucede sobre el otro cuerpo. Fuerza dual. Los contrarios se complementan. Hasta aquí la improvisación ha sido delicadamente tratada como fuente de la que emana un agua que cae en pequeñas gotas de recorrido y apoyo mínimamente azarosos. Caídas y salpicaduras van sorprendiendo y sostienen la atención en alerta. Sutiles decisiones que, como rocío de la escena, son imágenes que perseguimos para acompañar en calidad de espectadores y nos llevan a estar completamente activos en el seno mismo de nuestra expectación.  

CUATRO. Dúo destroy. Lo contenido Liberado. 

Finalmente, una escena de lucha que me recuerda a los etruscos y no sé bien por qué lo digo. Dos chicas enfrentadas, en tensión, una frente a la otra. Fuerzas opuestas pero complementadas, que llegan al punto cero por oposición. Su agotamiento, el fin.  

 Los Incorporales tiene un tono apastelado, de destellos y decisiones deliberadas. Fino trabajo de composición donde, como manga de repostero, van decorándose espacios de vacío y dan como resultado un efecto de diseño o dibujo, un gesto de embellecimiento y una belleza neutralizada bajo un valor común que tiñe el hacer de todos los artífices de la obra. 

 Los Incorporales trabajan como los cubistas en su laboratorio de formas. Diseccionan la materia escénica para recomponerla en un contexto totalizante pero no unificador. Un todo construido por sus partes, en donde cada parte conserva y hasta define su propia autonomía como tal. 

 

Un texto para la obra: Los incorporales

Ficha técnica

Idea: Quio Binetti| Intérpretes: José Binetti, Quio Binetti, Christian Gadea, Florencia Gleizer, Vanina Goldstein, Fernando Kabusacki, Gabriela Strenberg |Músicos: Fernando Kabusacki | Iluminación: José Binetti, Christian Gadea | Diseño: Gabriela Sternberg | Fotografía: Natalia Palau |Asistencia Creativa: Diego Lozano |Dirección: Quio Binetti

Josefina Zuain

El tema del ser es para mí un tropezón asegurado. Bailo y escribo, bailo y estiro, bailo y no bailo. Me gusta decir: soy bailarina y escritora. Escribo, escribo, escribo... bastante compulsiva-mente.

Tal vez todos mis textos hablan de la acción de separar y del amor. Separar como modo de re-unir, re-condensar, volver a pensar y seguir (no) siendo. Amor: mi cuerpo. Segunda es mi relación más estable y duradera. Aquí, entre amistades, casualidades, pasiones y deseo, inventamos y recreamos los modos en que podemos pensar (seguir pensando) y volver a pensar en-con-a través de la danza.