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Viernes, 30 Agosto 2013 01:35

RECÓRCHOLIS ASTROS

Escrito por

Introducción

La danza primogénitamente es movimiento del cuerpo. Sumado a este primer y limitado concepto, se suman la música, la coreografía, la finalidad, etc…

Ahora bien, al ingresar al Café Muller, espacio donde se desarrolló el primer domingo del mes de noviembre Recórcholis que dedicó su temática a los astros, este concepto se amplió:  

Acompañado de visuales, un set de música, y una imagen proyectada del mar con el sol detrás que parecía una tentadora foto, pero que mirándola bien, el mar tenue estaba en un leve movimiento de olas (una foto con movimientos, pero que seguía teniendo el espíritu de fotografía, el alma de algo estático que apenas con timidez daba un movimiento).

Compartiendo el piso con los artistas; artistas y público. Acomodé el cuerpo y comenzó la presentación: breve resumen de lo que acontecería. Acto seguido, la luz desapareció.

Nudo (descripción sucinta de las cuatro obras, por orden cronológico).

 

I

La luz volvió, en posición de escena y como cisnes que posan, los pies de las dos chicas que abrieron el ciclo de improvisaciones. A los cisnes le surgieron otras formas, siempre desde ideas dirigidas por los tobillos, desde un nervio central, una usina que cortaba tensión, devolviendo independencia a los pies, para actuar por si.

Hoy / ayer & siempre

En el íris íntimo de todas las bestias

Que lamen a ciencia & conciencia el último tumor

del crepúsculo

Mato lo que digo

:: Aullido de Cisne ::

Fragmento final de “De aullido de Cisne” Mario Santiago Papasquiaro (1953-1998)

El bajo, fue el instrumento que propuso la cadencia y en un momento las mencionadas aves de lago entraron en pánico, y cada par de piernas, demostraba la intensidad ante el estimulo del sonido de manera muy distinta: unas moviéndose como gallinas a las cual el cogote acaban de cortar, las otras hacían de los músculos un ser pesado, como el boxeador exhausto. El bajista, era el interlocutor de los tobillos y estaba descalzo, detalle de color encantador.

 

II

No hay experiencia de felicidad que no incluya como a su sombra un reflejo de ominosa superstición… La historia del pelo. Alan Pauls.

Un adonis histérico, entra en escena, existe adonis sin fieles? No, 4 chicas ingresan bordeando los límites de la sala: pegadas contra la pared, haciendo la situación descrita más que evidente.

Luego hay una puja coreográfica, por amor? por vanidad? Quién sabe, a veces son la misma cosa.       

 

III

La parodia se logra por medio de la hipérbole; la exageración: producto de la imaginación (o del sentido común). Ahí radica la coherencia, quiero decir que detrás de una pantalla donde Horangel da sus predicciones en un canal de televisión (que es crónica), se interpretó mundanamente la astrología. Los astros, algo etéreo, inalcanzable, acaso manoseado como carne cruda…

Mientras Horangel es reporteado dando sus predicciones, interviene obscured by clouds, tema instrumental de Waters y Gilmour  y movimientos, inevitablemente se produce la analogía; la metáfora, pero que ciertamente radica en la hipérbole, la evidencia de la palabra, desnudada en público, interpelada, interpretada, dejada en ridículo, eso impalpablemente celeste que cuando apenas se intenta nombrarlo deja de serlo y siendo ya no es nada de lo que era. 

   

IV

En un slow moiton absurdo, tres chicas de un histrionismo traducido en grandes sonrisas transmutadas risas, que con el tiempo fueron tomando carácter de oscuras: como si fuera un dulce mantelito con broderie blanco radiante al que de repente le aparece una manchita de sangre y después otra… noción de infancia sádica…

Something in our skies/ Something in our skies/ Something in our blood/ Something in our skies… (Algo en nuestros cielos/ Algo nuestros cielos/ Algo en nuestra sangre/ Algo en nuestros cielos  - The Hearts Filthy Lesson - outside. Bowie. 1995)  suena y la escena toma cuerpo final y retirada en otra velocidad en el mismo punto.    

 

Desenlace

Aunque era domingo y de noche y todo lo que sabemos que sucede, también es cierto que era de los primeros días de calor, y que las noches de calor aunque caigan domingo, son hermosas. Por eso algunos en el patio del café, conversamos con cervezas y pizzas integrales, pero aun adentro continuaba la danza mediante la convicción del instinto, buscando esa quimera: el origen del movimiento.     

 

 

 

 

Un texto para: RECÓRCHOLIS // dirigida por: CÍA La MOVEMOS

En: zafra // Sarmiento 3096

 

Pablo Gungolo

Poeta, nació en Bahía Blanca y en la actualidad reside en Capital Federal. En el 2011 publicó su primer libro “Polaroid” (Editorial La Parte Maldita). Generalmente escribe en floresyfobias.blogspot.com (Elongando). Su próximo libro se llamará “los restos”.