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Viernes, 01 Marzo 2013 19:40

LA IDEA DEL NO FINAL

Escrito por

El gran dilema.

El dualismo entre cuerpo y alma: encastrar,

como se dice en la jerga… Así denomina en un pasaje del monologo de ella (él con peluca) al acto sexual.

El acto sexual: el momento de placer donde el deseo se consuma, pero el placer esta en el momento en que ocurre, o previamente o después? Será que la forma más segura del placer entonces no sea la real sino la ilusión. 

Que hay detrás de la idea fija: una construcción discursiva de la sexualidad,  la representación de una imagen que ya existe en la mente que necesita hacerse carne, el inexorable lugar donde el movimiento es el centro que conjuga lo palpable y lo intangible. La dominación, el poder, la microfísica del poder, la tristeza del resultado.   

De ahí que la obra proponga una carrera de nunca acabar, la idea del no final, porque después esta el desnudo ridículo, el cuerpo que siempre tuvo vergüenza, que le enseñaron a vestirlo a llenarlo de prejuicio y de conceptos tan distorsivos a lo que debería ser la intimidad, donde queda el vacio de reunirse con uno mismo. 

Las carnes-músculos-cuerpos bailan en un centro diseminado móvil, varias escenas ocurren al mismo tiempo en gran parte de la obra, junto a la disposición del espacio que aporta movimientos sobre movimientos, sumado a la conjugación que en el aire producen el humo, las luces y la música, acarician el aliento-espíritu-alma de la idea. 

Las representaciones pornográficas devienen más de la combinación de luces intermitentes y de la música tecno que de los genitales mismos, igual sucede con el vestuario: se está más desnuda con la bombacha entre las piernas, que sin ella.

Cuando la idea abarca toda la mente, hasta lo más mínimo es fálico, por eso la obra obtura los cuerpos de íntimos lugares comunes representándonos en una imagen que aun produce incomodidad -el pudor del pornógrafo-, nos devuelve un nosotros, una parodia de las más oscuras costumbres sexuales. 

Párrafo aparte para el amor

…y entonces sentí cómo el príncipe acercaba su pija a mi boca, y no sus labios para despertarme con un beso, y yo quería que él me besara.. (otro fragmento del monologo)

Una obra del desamor, que deja atrás la concepción, la manera de nombrar: hacer el amor: de que el cuerpo como casa solo se abra ante el noble sentimiento -la reserva, obstinación del goce de la carne, del placer por el placer mismo a costa de que el cielo se aleje-. Y también lejos de aquel amor como ultima palmera donde el sexo encuentra la cumbre, donde dos genitales son dos narices, pero también dos concupiscencias llenas de deseo por acabar pero que al final, cuando el orgasmo pasa, los encuentra abrazados dibujándose un corazón en el pecho.

Una obra del desamor, de una mirada del puro sexo seco, frio y árido, pero que por profundo no pude dejar de remitir al amor como balbuceo en la mente del espectador.  

Un texto para: La Idea Fija / Dirigida por: Pablo Rotemberg

 

 

 

Pablo Gungolo

Poeta, nació en Bahía Blanca y en la actualidad reside en Capital Federal. En el 2011 publicó su primer libro “Polaroid” (Editorial La Parte Maldita). Generalmente escribe en floresyfobias.blogspot.com (Elongando). Su próximo libro se llamará “los restos”.