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Sábado, 10 Julio 2021 16:06

Mis skaters

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La figura del skater siempre me pareció inalcanzable. Aún hoy me genera una fascinación especial, aunque no puedo evitar notar que tanto mi sentimiento como los skaters estamos un tanto pasados de moda. 

El skate se convirtió en 2020 en una disciplina olímpica. Comparte con cualquier técnica codificada de movimiento (léase danza), un vocabulario específico (ollie, flip, shove-it y sus variables), un entrenamiento, un vestuario característico y un espacio particular donde la práctica es realizada. 

La pista de skate delimita el campo de acción que define su especificidad (ir por skate en la calle sería transportarse, no hacer skate) y es también una suerte de arena, es decir un lugar de lucha o espectáculo.  

A veces voy a la pista de skate del Parque Centenario y me siento en las gradas a observar. He logrado distinguir una serie de momentos que conforman la performance del skater: 

  1. Evaluación de la trayectoria, fuerza y velocidad, en relación a la acción a realizar. 
  2. Lanzamiento a la pista.
  3. Éxito o Fracaso de la acción proyectada en el punto #1. 

El #2 es, para mí, el más interesante. Por un lado, es el momento de la verdad, el momento que definirá el futuro (inmediato) y el nivel de valentía de quien realiza la acción. Pienso en la expresión en la cancha se ven los pingos porque en la pista se ve todo: duda, competitividad, arrepentimiento, dolor, gloria, miedo…

El #2 es también, un punto clave: el momento del salto, momento en el que ocurre un cambio en relación a la gravedad. Cuando alguien salta, toma un impulso y por breves instantes, se vuelve aéreo, ligero. Los skaters al lanzarse a la pista, extienden brevemente esta ligereza. 

Quizás esto sea más claro en comparación con las bicis BMX, quienes comparten la arena con los skaters. La bici reproduce la mecánica de la caminata humana: cada pie empuja un pedal y el manubrio funciona como extensión de los hombros, compensando el movimiento. La bicicleta, además, tiene un asiento. El skater, en cambio, atraviesa erguido la pista, a la manera de los pájaros. 

La condición de la ligereza, sin embargo, es el peso. El skater vuelve a la tierra con el sonido de un golpe,  sea con su cuerpo al caer o con las ruedas de su patineta. Este sería el punto #3. 

Ahora bien, entre el punto #2 y #3, a veces, sucede el movimiento. Un movimiento que se compone de lo efectivamente ejecutado y de lo que se mueve con él.  Es decir, el movimiento no está solamente en la acción del skater, sino en las líneas que marca en el espacio una vez que ha pasado. E inclusive, en la posibilidad que estas líneas proyectan, en lo que podría haber sido, si el niño con el monopatín no hubiera interceptado su trayecto.

Después de un rato, los skaters se aburren y así como entraron, se van.

 

 Ph. Fátima Sastre

Bel Eiff

Nací en julio de 1986 en Buenos Aires. Me mudé muchas veces. Estudié en la UBA y me recibí. Trabajé en diferentes lugares. Me encanta la danza. Amo esta revista.