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Martes, 21 Junio 2016 18:25

Eclipse total del corazón

Escrito por Victoria Castelvetri

 

“Y espero que tengas todo lo que soñaste. 
Y te deseo alegría y felicidad. 
Pero por encima de todo esto, 
Te deseo amor.”

Dolly Parton

I Will Always Love You [1]

 

Dentro del maravilloso mundo de las categorizaciones hay una que nos visita con fuerza en las fiestas, la que nos divide entre la gente que baila y la que no. Mi mamá no baila en las fiestas, y cuando lo hace (siempre por obligación), le veo en el fondo un gesto de sufrimiento, casi como diciendo “por favor, por favor, no me hagas esto”. Mi papá ni siquiera lo intenta.

También está la categoría que separa la población entre la gente que canta y la que no. O las familias que tiran cuetes en navidad, y las que no. ¿Se envidia un poco a la familia de enfrente cuando descorchan botellas al ritmo de cachete, pechito y ombligo? ¿Podemos cambiar de bando en la adultez o el que nació de un lado se queda ahí para siempre?

Hay infinitas categorías en las que entrar (o en las que nos pueden meter), pero para continuar con el mundo de Farra podemos agregar a las que dividen a la gente en: los que les gusta la gente del sexo opuesto y los que no, los que van a ver obras de danza y los que no, y mis preferidos,  los que están dispuesto a pasarse de bando y los que no. Sobre estos tópicos no podría decir de qué lado están mis padres, tampoco me interesa investigarlo.

En Farra dos coreógrafas ponen a dos actores con todos estos temas en un barril lleno de pólvora y les tiran chispas. Ellos dos, en una escena casi vacía, con un micrófono, una pequeña bola de boliche, sus danzas de inhibidos, sus canciones desesperadas,  y como nos gusta juntos todos los seguimos. Alrededor aparecen cuestiones sobre el amor, rituales de apareamiento, reuniones familiares y gestos de afecto.  Muestra el camino entre la timidez y la exposición arrebatada. Pone en primer plano las canciones que amamos en secreto (¿quién no tiene un artista mersa fetiche? Yo amo a Lia Crucet, y siempre la amaré).

A modo de rito iniciático Farra nos invita a cruzarnos de vereda, a no dejar que nuestro amor quede en tinieblas, el que quiera bailar que baile, el que quiera cantar, que cante, la eternidad empieza esta noche.

 

Comentario escrito sobre la función del sábado 28 de Mayo en la sala El Excéntrico de la 18




[1] (traducción propia)