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Mora Caterina (2023) Ciclo: Carta a mi lengua materna y el desierto que me parió. Cuadernosdedanza.com.ar ISSN22508708. Publicado: 8 de Agosto.


 

Mi papá tiene un dicho que dice ´fijate con lo que soñás porque la vida te lo dá dos veces’. 

Ya van cinco de cinco años y algo más que me mudé a Europa y que aprendí inglés y francés, y que comencé a trabajar como artista de artes escénicas en este contexto. No sería posible sin muchos factores, entre ellos, el que conocí el contexto de a.pass (advanced performance and scenography studies) apenas llegué. En esta institución educativa en Bruselas refugié y desarrollé mi práctica y lo terrible es que desaparecerá porque será desfinanciada el año próximo. 

En a.pass me avoqué a traducciones en danza, a una pregunta por lo intraducible, a militar el sur como un lugar de enunciación, a hacer de mi cuerpo, uno de los sitios de exposición de mi investigación. Básicamente, me dedico a hablar y bailar al mismo tiempo, o sea, desarrollo conferencias performáticas que se preguntan por el lenguaje y la danza, el lenguaje en la danza y la danza en los lenguajes. 

Y es por esto que esta carta a mi lengua materna intenta honrar el linaje de donde vengo, o sea el desierto y el viento que me parió. 

Este texto se publicará en español en setiembre 2023, en Bruselas, como una entrada del Annex del último Centro de Investigación de a.pass del que formo parte. Ha sido editado por Túlio Rosa, con hermandad brasilera.

 


 

25 de julio 2023, en una isla en Róterdam

Carta a mi lengua materna: 

 

Tres vocales abiertas: ‘te-a-mo’. 

Dos vocales cerradas: ‘ui’. 

Casi todas las letras pronunciadas.

Atención con la hache, la doble ele, la doble ere, la doble v, la ge con la u.

Me contaron por ahí que te la das de irreverente y deformada y se me hace agua la boca de solo pensar en hablarte. (1)

 

¿Cómo estás? Te siento últimamente un poco lejos. ¿Pasa algo? No sé, hay algo de los años que comienza a notarse. Yo estoy harta de tener encontrar refugio en aplicaciones de mi celular y en una sensación que es como el olvido. Sí, me voy olvidando de vos, o más bien te me vas oxidando en alguna parte de lo que fui o de lo que soy.  

El otro día me olvidé lo que significa ‘antepié’, también me olvidé de ‘reticente’ y de ´sarcómero´. Yo me sabía estas palabras y me las usaba de pé a pá. Ahora me toma unos segundos hacer sinapsis para encontrar un sinónimo o en el camino más perezoso y cheto, encontrarlas con algún traductor online. Entiendo si algo de tu distancia tiene que ver con el cansancio, pero a veces no puedo evitar sentir una tristeza profunda por tu lejanía.  

Me gustaría decirte que tranka, vos estás siempre ahí, agazapadita en la esquina. Minga que olvido. A veces siento que me sonreís desde el fondo de mi mandíbula, en ese gesto de incomprensión de la lengua en mi boca que busca la forma de una vocal abierta.

¿Sabías que hay momentos de instinto en los que aparecés como gesto reflejo? En general, son momentos de excitación o de miedo. Y de contar: sea en suma o en resta, en 1 2 3 mil 65 millones 89 décimas. Contar sin usarte es una tortura.

Me da una rabia cuando el teclado en el que escribo no te reconoce. Me marca error en rojo en casi todas las palabras, excepto ciertos monosílabos, y me hace autocompletarte sin preguntarme. 

Lo más horrible horrendo horroroso horripilante es que me cambió el humor esto de tenerte lejos. El humor con vos lengua materna no me sale o no lo entiendo o voy lenta como en carreta. Des fois, me quedo expectante, esperando a que una persona que habla en mi lengua materna pudiese decir algo chistoso: ¿cuándo esta persona va a tirar algún chiste y yo no lo voy a cachar? Des fois, no agarro la onda y la gente se ríe al lado mío y yo con cara de pasmada. ¿Es que se me fue el humor o se me cambió el humor en español de Argentina o Chile o se cambió toda mi relación respecto del humor por convivir con otras lenguas? 

¿Cuántas cosas voy perdiendo por haber decidido estar lejos tuyo? Siempre me digo, son más las cosas que voy ganando, como si en la binariedad de ganar o perder pudiera haber algún vencedor o vencido. Uta la ueá la tontera. 

Yo te extraño, tu me manques, y estar lejos de vos me da perspectiva. Pero a veces, pucha. 

Acá un updated de lo que pasó desde mi última carta. El doctorado ese del que te hablé ya va dos años y medio, o sea que me queda la mitad. Y esta carta es en el marco del Research Center de a.pass en Bruselas. Por el doctorado ya sabés, me tuve que mudar a Suecia en el medio de Covid a vivir a una isla que es una reserva natural rodeada de nieve, lagos congelados, bosques y ciervitos. Mi salario vino recién al cuarto mes porque los panchos te informan todo tarde, no te puedo explicar qué infame que es la burocracia en ese país. Ya sé, de donde venimos eso es “normal”, o sea tenemos asumido que cobrar es siempre tarde. Bue, cosa que me enfermé de los nervios, casi que renuncio y toda la mar en coche. Después me dije, “bue me quedo”, total tu tío lejano el sueco es bastante interesante. Digo, el cantito del lenguaje ‘brapiripipiiiiiiooouincjcjsbroooo’, como piensan, esa cosa que tienen con la transparencia, la sobriedad y lo eficiente. Ahí vamos.  

Por Bruselas ya sabés, una ciudad que amo. La única cagaá es que está muy desconectada del agua y además tiene un agua de mierda con mucha cal. Nada que ver con Estocolmo, donde ya te conté que el barquito que aprendí a navegar es una masa. Lo que sí, sin resolver el problema de las ticks, esas garrapatas con veneno especial que te dan unas enfermedades de mamita querida. Onda, enfermedades degenerativas. Me dan una repulsión inmensa esos bichitos. ¿Te acordás de cuando tuve que ir a urgencias en Barcelona? Pagué 342 euros y je yo pensé que había salud pública por acá. En fin, al menos me reembolsaron. 

Cuestión que después de la primera carta que te mandé apareciste vos como eje central de mi proyecto durante todo el 2022. Y hacia 2023 te tuneaste en Conflicted Embodiment, un bardo que amerita la otra publicación esa en inglés y que se vendrá en un futuro en vos, lengua materna, con 2da En Papel editora. Voy a intentar recapitular sobre cómo vino la cosa. Yo que estaba muy ocupada en traducciones de danza a danza, un día me cansé de repetirlas y me di cuenta que de tanto hacer traducciones había un potencial peligro de normalizarlas, o sea, que fueran entendidas como estables o fijas. Y de este cagazo me empecé a preguntar por lo que queda intraducible. Y ahí me re copé buscando palabras y cosas que fueran intraducibles para mí y lo que fue evidente fue darme cuenta que la mayoría, casi todas las cosas que yo encontraba intraducibles, son términos o expresiones en mi lengua materna. 

Entonces ahí me pregunté: ¿es acaso posible pensar una lengua materna desde la perspectiva del performer/bailarín^? De ahí me puse a dar workshops como loca, tratando de entender lo que podría ser esta lengua materna para les performers o artist^s de la escena, a organizar unos mini-festivalitos estresantes, a distribuir plata-plata en artist^s artista^s.  

Acá cosas que para mí son intraducibles: pib^, chonga, achuntar, macana, fome, afamo, torta, ‘sos una masa’, atinar, changa, facha, chamuyo, caleta, fiaca, engrupir, copucha, groso, cachai?, ene, ‘dame toda la guita’, trucha, catete, malandra, yuta, hueón. 

En el medio de estas cosas ¡la danza y las conferencias performáticas! Más vale que eso sigue, sino me muero. Me encantaba la presentación del capítulo anterior que hice, algo así: 

En este capítulo mi lengua materna se tuerce con mate de acento argentino, se regocija con ají picante de acento chileno, se elonga como una bailarina de 14 años y baila mucha danza “tradicional”. 

En este capítulo hay un viaje al sur, una necesidad de traducción y una plaza en Barcelona. Como dice la canción de Astor con letra de Pino creada en el año en que nací: “Vuelvo al Sur, como se vuelve siempre al amor…”.

¿Y ahora? Bueno decidí que en el siguiente capítulo de conferencia performática bastarda-barata no voy a emitir lenguaje articulado, o sólo lo mínimo necesario. Por ejemplo, haré sonidos e incluso me pongo a cantar un estribillo que amo en vos. Después te contaré cómo va. 

Sabés, aún me quedé pensando en el comentario que hizo una colega sobre mi proyecto, algo así como ‘’tu proyecto va de la pregunta ética en la estética’. Le quedo divino el verso. No sé. La ética de mi facha. La estética de “zarpado”. Uh no sabés la de operación estética que hay acá. Le dan al Botox que da calambre.  

Como te había dicho, además de tenerle miedo a las ticks ahora también le tengo miedo al viento. Y eso que vengo de la Patagonia, donde el viento moneda corriente es de unos 80 km por hora. Pero el viento navegando es otra cosa. Se te frunce toda la musculatura alrededor del ano. 

Uh y no sabés las de combinaciones raras que hay acá. Un poco como “todo piola”, o “de taquito”, o “a la gilada ni cabida”. Por ejemplo, le llaman “Artistic Research” eso que nosotras llamamos artes. Pero bueno, tienen bastante plata esos de la Artistic Research. Se ahorran las tildes porque se la pasan hablando inglés. Zarpado.

Che ¿sabés algo de mapundungun, aymara, quechua? Yo sé que no te gusta hablar mucho de tus hermanas, pero estaría bueno que me cuentes algo.

Extraño tu olor a cilantro y cebolla, a sopaipilla y pebre. Y si, ya sé que se nos hace agua en la boca de solo pensar en asado.

Extraño la perspicacia de tus tildes, a veces tan evidentes. 

Extraño la n con ese sombrerito arriba. La n de ano que hace año, de ñoquis, de ñoña, de carroña, de pequeñita, de añorar. 

Extraño tu danza, tu elongación. 

Me contaron por ahí que te la das de irreverente y deformada, que estás haciendo unas cosas raras con la idea de género. Sí a mí también no me cabe que sea o masculino o femenino. Si te hacés la loca vas a terminar en la cárcel de la Real Academia. ¿Aunque qué más puede pasar? Onda, de atolondrada y espasmosa que sos ya sabemos que no matás ni a una mosca. Además, siempre te gustó el quilombo. 

Che, eso que tenés de agrandada, si lo ves acá te caes de culo. Me asusta que lo veo en varios lados, eso de que se la dan de juntar lo lingüístico con lo identitario. Y de ahí a la nación, hay un piringuín. Lo dejamos mejor para la carta siguiente.

Te quiero bella,  

Avisame si venís por acá, 

Besos, 

cate

 

 

NOTAS

(1) Con estas frases empezaba la primera carta a mi lengua escrita escrita en setiembre de 2021 en el contexto de mi residencia en Barcelona con La Poderosa, España. La carta acompañaba la presentación de "Una altra conferencia performática bastarda-barata", porque era primera vez que hacia un capítulo de la serie en mi lengua materna.

 

 

 

 

 

Publicado en En palabras
Sábado, 16 Septiembre 2017 20:23

De la danza al cáncer y del cáncer a la danza.

En 1987 comencé a trabajar en mi tesis para el doctorado en biología molecular y celular. Al mismo tiempo, empecé a tomar dos clases de danza a la semana.

Xavier Le Roy

Fui a ver un domingo de lluvia la presentación de la tesis de maestría de Caterina Mora. Conocí un lugar nuevo, un espacio que no se dedica exclusivamente a la danza, que de hecho creo que es la primera vez que alberga una propuesta de danza.

La performance-danza toma un texto del famoso coreógrafo francés Xavier Le Roy. Caterina pide permiso para utilizar el texto. Y en ese gesto de traer a los márgenes… Estoy a punto de pensar con parámetros retrógrados… En verdad me pregunto ¿de qué manera podríamos reelaborar este tipo de pensamiento?

La primera vez que vi el flyer de la obra le escribí a cate y le dije “jugado el nombre!”. No sabía por supuesto de qué se trataba el trabajo, pero tan sólo en el título había una operación de tipo artístico-institucional del circuito, había un gesto que estaba ya operando en el simple acto de nombrar. Aparte resultó ser que la obra es una conferencia que da Caterina pero que dió Xavier en Argentina hace unos cuantos años y como el texto fue “prestado” Caterina tiene que contarlo en masculino para “respetarlo”.

La conferencia relata las experiencias de investigación que Xavier llevó adelante antes de terminar por decidirse a abocarse a la danza. Cruza sus reflexiones en torno a su objeto de investigación, con su relación inestable con su entrenamiento corporal. Este relato teje distintos estratos de la biografía del artista, pone nuevamente (una vez más)  sobre el tapete una problemática que todos los artistas atraviesan en algún momento de sus biografías que tiene que ver con el punto de inflexión, el giro dramático. Caterina dice, Xavier mediante: “¿Cuál es el objetivo en volverse más y más específico? ¿Es esa una manera de entender el cuerpo humano?”

No sabemos si las biografías son lo que son porque tienden a construirse de esta manera o son lo que son porque verdaderamente esta es la naturaleza de la vida del artista. Las biografías se relatan de modo heroico donde el artista aparece como un sobreviviente de una lucha. Una lucha que se libra entre tensiones sociales, económicas, cuestiones del talento, del don, del ser o no ser. Las investigaciones que lo llevaron a Xavier a terminar por decidirse por la danza fueron en torno al cáncer. El cáncer es una manifestación del cuerpo que no se entiende, la medicina se relaciona con el cáncer librándole una batalla.

Pocas semanas antes de ir a ver la obra de Caterina, le conté en un audio de WhatsApp que había estado enferma de cáncer y que esa era la razón por la cual tenía el pelo tan cortito. A lo largo del año pasado, mientras yo recibía mi quimioterapia, con Caterina nos vimos muy poco, cruzamos palabras virtuales, ella estuvo en mi casa más de una vez y yo no estaba. Al escuchar la conferencia de Xavier por Caterina pronunciada y bailada en relación a su propia biografía, se cruzaban diferentes planos de sentido en donde también aparecíamos mi enfermedad y yo. La biografía de todo bailarín, la lucha, el cuerpo que aprende, que desarrolla y que despliega. El cuerpo que enferma, que recupera, que sobrevive. El talento, el esfuerzo, la creación. La decisión.

Cuenta Xavier, cuenta Caterina “Cuando estaba en el laboratorio, mi tarea era estudiar en vivo la expresión de oncogenes en el cáncer de mama. Los oncogenes son genes que, después de modificarse a nivel estructural o expresivo, tiene capacidad de transformarse y entonces forman parte de algunos mecanismos del cáncer”.

Las enfermedades se manifiestan como un gran enigma, un misterio  que vira las biografías (también las de los artistas). Yo le digo un llamado y sé que los que no lo escuchan huyen espantados. Los que se encuentran aptos para escuchar cuando una enfermedad les habla son los sobrevivientes. Ser sobreviviente, sobreponerse al mandato, sobreponerse al cuerpo. Nuevamente aparece el héroe, aquel que sobrevive a una lucha que ha puesto en riesgo su vida.

Y se manifiesta en esta pieza una relación, un vaivén que une la danza y el cáncer. Un tránsito, una construcción para la decisión y todas las  biografías.

Contar la biografía de uno es una forma de hacer estética de la propia vida, es una forma de crear una ficción, de decir que algo que es pero que no necesariamente es y que en el decir que eso es uno ya está haciéndolo ser. O, como diría Xavier, como dice Caterina “muy a menudo tenía la sensación de que estaba a la observando y transformando lo que observaba”.

Quizás plantados desde este punto es donde puedan repensarse las relaciones que se establecen entre los artistas que se miran. Si yo digo que admiro. Si yo digo que formo parte. Si yo digo que luché y sobreviví. Si yo digo que mi vida es esta determinada cosa que es: hago vida. Y en esa relación quizás el ser atrevido, el generar una autobiografía, el posicionarse frente a una escena que plantea problemáticas comunes (aunque sea estableciendo un paralelo entre Francia y Argentina), es un gesto que deshace la relación centro-periferia, que la repiensa para anunciar que es una cuestión de posición.

La decisión entonces, el momento decisivo, que se relata en la biografía del héroe como aquel momento clave en el que se da cuenta de qué es lo que debe hacer para sobrevivir y qué es lo que quiere hacer de ahí en más de su vida, es el capítulo clave de la biografía de Xavier, de Caterina, de todos los bailarines del mundo. Es el momento de la inflexión, es cuando la rueda se convierte en hechizo y el centro y la periferia se disuelven. De eso se trata la obra de Caterina.

 

Este comentario fue escrito a partir de la instancia de apertura al público de XLROYxCM (Xavier Le Roy por Caterina Mora), en Espacio La Materia. El trabajo es la Tesis de Maestría en Teatro y Artes performáticas (Dpto. de Artes Dramáticas, UNA). La Materia Espacio Cultural – Malabia 1077

 

Ficha Técnica

Quiénes
Sostiene y lleva a cabo el proyecto: Caterina Mora
Asiste, confía y toma fotos: Lucas Trouillard
Texto: Xavier Le Roy
Traducción: Susana Tambutti y Alejandro Karasik

Más quiénes
Específicamente gracias por sus instalaciones: residencia en espacio La Sede.
Hizo y grabó el candombe: Abelardo Saravia
Hackearon constructivamente: Macarena Orueta, Leslie Cassagne, Micaela Moreno.
Edita genial en Photoshop: Ignacio García Lizziero.
Alimenta la reflexión: Clínica Creativa 2017 de Agustina Sario y Matthieu Perpoint

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