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Viernes, 17 Febrero 2023 20:50

I feel you

Me colé al ensayo general de I feel you (1), obra de Constanza Macras en la sala Martín Coronado del teatro San Martín. La obra abre la programación 2023 del teatro con cuatro funciones.  

Nunca vi nada de la compañía Dorky Park, dirigida por Macras, así que aproveché el dato del ensayo general. La obra cuenta con seis intérpretes (cinco estables y una invitada), una escenografía mínima: muebles inflables que entran en una valija, una máquina de humo y una (muy linda) puesta de luces.   

I feel you se compone de varias escenas que empiezan, se desarrollan y terminan. Cada escena tiene su propia coreografía, es decir, su propia partitura de movimientos: un partido de bádminton, una caminata por el teatro, un baile grupal sincronizado, algunos solos, etc. Los vestuarios cambian según la escena así como el uso del espacio y el sonido. Los intérpretes cantan varias canciones de Britney Spears, recreando literalmente el audio de los videoclips dentro de los cuales suenan dichas canciones. Hay también música clásica, la típica de los momentos grandilocuentes en las películas hollywoodenses.   

Por ahora, no entiendo mucho de qué va. Disfruto la interpretación, el vestuario, el uso del espacio me resulta muy interesante (se nota que quienes se dedican a esto lo hacen hace mucho tiempo y con mucha dedicación) pero no logro conectar con la propuesta.  

Empieza una escena nueva.  

Dos intérpretes replican la coreografía de un video que ven en los celulares que otros dos compañeros sostienen. El sonido sale de los celulares. Reconozco el video Take me to church en el que baila Sergei Polunin y me cae una ficha: la obra es como estar viendo un mix de videos en YouTube. Es decir, con cierta continuidad - porque el algoritmo sabe no alejarse del reino de lo que nos gusta  - pero también con cierta aleatoriedad.   

I feel you, empiezo a pensar, no es tanto un trabajo sobre la empatía humana como propone el programa de mano, sino sobre la empatía con las formas del entretenimiento masivo.  La obra trabaja, por un lado, a partir de cierta codificación mimética de los sentimientos, en la cual música triste, equivale a tristeza, música sexy, a sensualidad y así. Un código que, a esta altura, parece haber sido tatuado en nuestra sensibilidad, en nuestro imaginario y  la forma en que - quienes crecimos viendo películas de Hollywood - aprehendemos la realidad. Como si lo que puede ser percibido y elaborado a partir de los sentidos no fuera más que una repetición infinita de lo ya visto, ya oído, ya vivido. 

Como dije, el relato está armado a partir de unidades independientes (las escenas) que se suceden una a continuación de la otra sin un “tema” que las englobe, es decir, sin algo que les de un marco o una razón de ser. Sin mucha justificación de por qué ese orden y no otro, casi como si el orden hubiesen sido dictado por uno de esos programas de inteligencia artificial. Con esto no pretendo desmerecer el trabajo de la directora, sino al contrario, resaltar su uso de los modos a los que nos estamos (cada vez más) acostumbrando a percibir la realidad. Modos mediatizados por las redes y las cámaras, que construyen una memoria que depende del celular o un imaginario artístico sin contexto ni historia anterior al cambio de milenio.  Como si el feeling (2) the I feel you fuera siempre un feeling de segunda mano, ya feelingeado. El you no es otro que la pantalla. 

 

 

Pienso en la obra Tengo los pies un fuego de Viviana Iasparra, estrenada en 2022, en la cual se proponen tres estímulos sensoriales simultáneos, aunque independientes. Un track sonoro a ser escuchado a través de auriculares, una instalación de video (que a su vez se proyecta sobre superficies que desarman la imagen) y una intérprete que improvisa movimientos muy pequeños, casi sin moverse del lugar. 

Estos tres elementos son, por sí mismos, unidades independientes, pero no como las escenas/unidades de la obra de Macras, sino que cada uno de los elementos persiste en su autonomía, como si estuviéramos mirando tres películas distintas en el mismo momento. Algo que así descrito parece extraño, pero basta con recordar cualquier situación en la cual mientras miramos una serie chequeamos Instagram y/o contestamos audios de Whatsapp mientras alguien nos está hablando para entender que esta situación perceptiva de hiperestimulación es parte de la vida cotidiana. Si bien no registramos la simultaneidad de estímulos a los que nos sometemos, esto impacta nuestro sistema nervioso de formas cuyas consecuencias no podemos predecir. 

Otro ejemplo de esto es la película de Wes Anderson The French Dispatch (2021) donde la hiperestimulación se manifiesta en la velocidad en que pasan de una escena a la otra. Escenas construidas meticulosamente, las cuales están llenas del trabajo de un equipo de muchas personas y miles de dólares y que, por la velocidad en que se narra la película y también por el tamaño de las pantallas en que probablemente sea vista, se pierden completamente (3). The French Dispatch pasa de una escena a otra como si se estuviera scrolleando en Instagram o swipeando en Tinder. Al ver la película me sentí asfixiada por la velocidad y la cantidad abrumadora de información.  Dan ganas de pedir tiempo, de volver atrás o de poner pausa, todas operaciones posibles ahora que ver cine se hace - para muchos - a través de servicios de streaming y en casa.   

Nada de lo que digo es nuevo, hace mucho vivimos rodeados de todo esto y sin embargo no es tan común, por lo menos para mí, encontrar trabajos artísticos que incorporen y, a su modo, elaboren la experiencia perceptiva y sensorial hiperestimulante a la que nos exponemos voluntariamente todos los días. 

El futuro llegó hace rato. Es excitante, disperso, repetitivo, desigual, precario, aterrador, encantador y más, todo al mismo tiempo.  

¿Cómo se hace arte en el futuro?

NOTAS

(1) La traducción de I feel you de acuerdo al traductor de google es “Te siento”. 

(2) Feeling es sentimiento. 

(3) Un clip de 58 segundos de la película. La película dura 108 minutos.  

Comentario a partir de ver el ensayo general de I feel you de Constanza Macras/Dorky Park en el teatro San Martín el 9 de febrero de 2023 y de la obra Tengo los pies un fuego de Viviana Iasparra, realizada en Fitz Roy 2290 en agosto de 2022. 

I FEEL YOU

Producción general: Jimena Soria / Asistencia de dirección: Mica Heilmann / Sonido: Stephan Wöhrmann / Diseño de luces: Sergio de Cavalho Pessanha / Adaptación puesta de luces: Matías Sendón / Vestuario: Constanza Macras / Música: Robert Lippok / Coreografía, dirección y concepto musical: Constanza Macras

TENGO LOS PIES UN FUEGO

Intérprete: Veronica Jordán / Escenografía: Michelle Krymer / Diseño de sonido: Timoteo Padilla / Edición de textos: Viviana Iasparra / Voz: Verónica Jordan /Coach vocal: Soledad Gutiérrez / Extractos de textos de: J. Mekas-Fragmentos/A. Jodorowsky y M.Costa- El diablo/Jean Luc Nancy -Interludio: música muda/ Ariel Farace-Pasado mañana/ Amalia Sato-Japón entokonoma/ Ramón Paz-Pornosonetos/ J.F Händel- Sonata a lagrimar. Ópera: Julio César en Egipto/ Webstwer y Webster- Lorena/ Justin Kursel-Film: Macbeth / Diseño de video: Viviana Iasparra y Patricia Bova / Operación de video: Patricia Bova / Dibujos: Cleo Iasparra Jordan y Ana Paiuk / Fotografías: Mario Iasparra / Ignacio Iasparra / Diseño y realización de vestuario: Lu Nemeth / Producción: Soledad Gutiérrez y [Laotra] Compañía de baile / Asistencia general: Soledad Gutiérrez y Violeta Ferrari / Autoría y dirección general: Viviana Iasparra

 

 

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