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Martes, 28 Mayo 2013 00:19

Bizcooochitos ii Feeernetch

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I. Estoy en Córdoba.

En la Wikipedia, lo primero que muestra la entrada correspondiente al término Córdoba es un link y un íconito que dice “Pronunciación”. Más aaallá de todaaas otchras caracteeerísticas de esta chregiónn, la pronunciaación es un daaato fundameeeentchal. 

Celia lo sabe mejor que nadie, su vida atravesada por un cántico que denuncia irrevocablemente su proveniencia, es parte de los elementos que componen esta escena dándole una forma y un sentido unívoco: esta es una investigación y exposición escénica sobre la cultura cordobesa. Entendamos cultura como una cantidad notable de ritos y modos de operar colectivos, donde a partir de acuerdos, en su mayoría tácitos, se establecen convenciones que por herencia se cultivan, desarrollan, repiten y varían gradualmente... muuuuuuuuuy gradualmente... 

La operación colectiva será la estrategia compositiva más presente en la Villa Argüello, donde pequeñas consignas (no en el sentido escolar de pauta de trabajo, sino, según la acepción que indica que consignar es: poner en depósito una cosa, en este caso, la propuesta creativa de la directora) marcan los límites de la  improvisación que los intérpretes ponen en movimiento, en palabras, en juego, en cuerpo y, claro está en feedback grupal, como la cultura misma. 

II. Córdoba es. 

Un límite inventado por un sevillano, refugio de indígenas, zona de desarrollo económico y cultural desde los inicios de una Argentina naciente.  Para así poder desplazarse y comerciar libremente, muchos prefirieron quedarse en esta zona ubicada en pleno territorio nacional, no eramos una nación, no eramos Una Cultura.  Provisional en dos ocasiones, Córdoba fue, es y será un nodo para el artilugio comercial y cultural del país. Invasiones Inglesas dieron por resultado la presencia de varios entes nuevos en la zona y desde los primeros pastos verdes crecían en el campo y bailes aunaban a una comunidad desgranada, los jesuitas ya habían sido expulsados tiempo atrás. Pequeñas comunidades con vida autónoma, del centro a los  alrededores se irradian costumbres que identifican subzonas de este territorio, como el famoso código para anunciar, desde la lejanía, a qué pequeño poblado cada uno pertenece (una danza gestual). 

Provincia declarada, provincia receptora, provincia pueblo con ciudad útil y universidad importante. Córdoba es, desde su nacimiento, un punto de estadía en pleno camino-recorrido. 

III. Estoy en una fiesta. 

La fiesta empieza tranquila, se anuncian con movimientos de cadera precisos un potencial cuartetazo al mejor estilo bailantíííísimo. Los intérpretes se divierten, se estimulan, se comunican entre sí, nos convidan las cosas que hay sobre una gran mesa circular en el centro del salón. El espacio, es una habitación de pisos de cerámica, con un ventanal en tres arcos de medio punto que dan paso a un balcón. Un edificio antiguo, pretencisoso, un típico club decimonónico venido a menos por falta de recursos y apoyo de sus socios, una reliquia de la cultura nacional. 

La cultura cordobesa, sus modos de hablar, sus modos de decir y re-decir, sus modos de gesticular y articular la actividad de un grupo son el material narrativo de Villa Argüello. Los juegos, las letras de canciones sobre amores piadosos, pasiones armadas y muertes inevitables, son excusas para que los intérpretes prueben una y otra vez su incapacidad para replicar el cantito cordobés. 

En consignas que desmembran el sentido por re-elaboración constante de lo expuesto, los chicos de la Villa Argüello bailan, cantan, juegan a la pelota y se seducen, repitiendo sistemáticamente sus acciones. Comunican sus cuerpos entre sí, elaboran diálogos posibles con un entorno imaginario, un entorno deseado, deseable y deseosos de ser habitado. El mundo cordobés es un invento, pero también es un mundo de sentido concreto, real y comunicable, este es el gran movimiento de sentido que hace Villa Argüello, porque pone en Primer Plano la existencia de elementos que aúnan un pedazo de territorio Argentino, un pedazo que pertenece a la Nación, pero que en cuestión de imaginario simbólico de ella se desagrega.   

IV. Al final de la fiesta. 

¿Cada vez que nos pongamos en pedo vamos a terminar peleando?, ¿notaste lo que se tuerce mi espalda y cómo al aflojarse mis piernas todo el cuerpo flamea a causa de los efectos del alcohol?, ¿te molesta mi estar embriagado o te gusta verme en este estado?. 

Tu amigo, ¿me lo presentás?

 

Un texto para: Villa Argüello // dirigida por: Celia Argüello Rena

 

Josefina Zuain

El tema del ser es para mí un tropezón asegurado. Bailo y escribo, bailo y estiro, bailo y no bailo. Me gusta decir: soy bailarina y escritora. Escribo, escribo, escribo... bastante compulsiva-mente.

Tal vez todos mis textos hablan de la acción de separar y del amor. Separar como modo de re-unir, re-condensar, volver a pensar y seguir (no) siendo. Amor: mi cuerpo. Segunda es mi relación más estable y duradera. Aquí, entre amistades, casualidades, pasiones y deseo, inventamos y recreamos los modos en que podemos pensar (seguir pensando) y volver a pensar en-con-a través de la danza.