No hablaré (tanto) del encierro, tampoco de biodatos ni geolocalización en China, ni de Macron diciendo “estamos en guerra” (qué infeliz frase), ni de la cantidad de exámenes de Alemania, ni de las fuerzas agrandaditas en Argentina, ni de la que se viene en Brasil. Ni creo que pueda aportar nada al mundo estas líneas, pero quizás por eso valen la pena. Estoy harta de las pantallas, hiperpobladas de presencias everywhere. Entre las clases on line, infinitas publicaciones, diarios personales, cine, teatro en casa. Ya no hay más "ilusión de la presencia". Hay claro, miles de presencias everywhere desperdigadas en la necesidad de existir. Publico, luego existo. No es nuevo, sólo que ahora es la única manera. Mi cuñado no respondió un mensaje en tres días, pensábamos que le había pasado algo grave. Hoy me rapé como varón, era mi sueño de piba. No pienso publicar una sola foto, una rebeldía cualquiera. Mientras la concepción de "público" ya no requiere presencia física sino un sólo click al interior de la casa, también aparece trastocada por esta idea de presencia everywhere.…