Nunca sé bien dónde está el borde. En mis escrituras pegajoseo los límites entre lo poético, lo erótico y lo teórico. Entre el papel, la pantalla y la escena. Entre las letras y lo escénico. En mis trabajos zigzagueo por la docencia, la edición y la investigación. Juego, vinculo, toco, junto, monto la poesía – y la entrever(s)o- con la lengua de la academia. Milito la textura de la lengua lesbiana que anda merodeando entre los textos. Busco que la melodía haga puente en la escritura crítica. Escribo en borrador porque no tengo respuestas ni certezas. Escribo con la intención de ir de visita a otro/s mundo/s.