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Martes, 18 Julio 2023 20:56

Tierno y brutal. Los espacios para hacer libros de danza

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Carmichael Renee (2023) Tierno y brutal. Los espacios para hacer libros de danza. Cuadernosdedanza.com.ar ISSN22508708. Publicado: 18 de Julio

 

En un posteo en Instagram, realizado durante los diez días de la residencia de Segunda en Papel Editora en el Museo y Centro Cultural de Carpintería, San Luis, Argentina, en la cual participé como invitada, Josefina escribió una lista DIY sobre el trabajo con el archivo personal. En el punto 2 de la lista “Do It Yourself”, menciona que la computadora no es un espacio, sino un dispositivo. Josefina sostiene que: un espacio es algo de lo cual se puede entrar y salir y que se ocupa con un cuerpo. Cuando empecé a desarrollar este texto sobre mi experiencia en la residencia, escribí justamente lo contrario, que mi Desktop es un espacio. Ahora me encuentro frente a esta paradoja… situación absurda que se siente muy humana: después de reírme, pensé en serio, ¿qué hago? No quiero generar una contradicción sin sentido. Tampoco es que no haya sentido en lo que plantea Josefina. ¿Cuántos espacios existen y para qué tipo de prácticas? Me fui a buscar la definición de espacio en el ¿no-espacio? de mi Desktop (0):

 

(0) La definición de espacio en el ¿no-espacio? de mi Desktop.

 

La definición número 11, desde la matemática, dice: “Conjunto de elementos, llamados puntos, entre los que se establecen ciertas condiciones.” Me quedé (y me quedo) pensando en esta definición del espacio definido por la matemática ya que tiene que ver con mi práctica de investigación. Pienso en el conjunto, en los puntos y las condiciones de abstracción formal de la computación. Pienso en los algoritmos que ejecutan relaciones entre archivos, datos, formas, tiempos y gestos en mi Desktop. Formulé otras preguntas: Si la forma abstracta de la computación es inconmensurable con la forma abstracta humana, ¿cómo es el “espacio” de la computación si no puede ser abstraído por la palabra “espacio”?  ¿Cómo se mide el espacio computacional? ¿Entendemos el espacio de la computación por las diferencias de cómo calcular la distancia? ¿Por d = √[(x2 – x1)2 + (y2 – y1)2] en vez de  f (x + y) = f (x) + f (y);? ¿Por Math.hypot(x2-x1, y2-y1)  en vez de eDistance = math.dist([P], [Q]) print(eDistance)? ¿Dónde y cuándo termina el espacio de la computadora y el espacio en que está mi cuerpo? ¿Cuál es la relación temporal de la ejecución de un algoritmo con el “espacio” en que se ejecuta? Si bien el cuerpo nunca entra en el espacio de la computadora físicamente, entra el espacio en y con una cuestión de atención, acompañado con datos que miden esta atención y a la trayectoria de los ojos. ¿Cómo se puede definir está relación cuerpo-computadora más allá de los usos instrumentales de plataformas y redes?

Estas preguntas, que surgen de pensar el espacio en cual despliego mi archivo personal, me ayudan a seguir ensayando relaciones entre el cuerpo, el movimiento y el código. Intuyo que pensar la computadora como un espacio permite al cuerpo entrar en movimiento con la abstracción formal de un algoritmo. ¿Los bordes que definen un espacio dependen de la práctica?

Decidí seguir con la imagen de la computadora como espacio para hablar de un sistema de hacer libros de danza que pone en jaque este ¿no-espacio? a través de archivos de danza impresos en papel y montados en paredes con cinta de papel. Este texto explora mi experiencia como invitada a la residencia de creación con Segunda en Papel Editora con mi archivo de la convivencia guardado en mi Desktop, usando las herramientas que uso cotidianamente: capturas de pantalla y el procesador de texto TextEdits. En este texto traigo algo de mi propios modos de hacer y esta es probablemente una consecuencia inevitable por el mecanismo que proponen Maria Paz Garaloces y Josefina Zuain al hacer libros de danza. 

A. Apertura 

No me gusta producir en el celular. El espacio del celular sólo permite ver una cosa a la vez, sabiendo que hay otra cosa abierta detrás que permanece inaccesible. Siempre es una a la vez. Me resulta tan frustrante y limitado que mi cuerpo se tensa. Necesito la computadora porque tiene espacio para desplegarme, porque me permite ver muchas relaciones a la vez. Algo computacional hecho de tabs abiertas: una tab del traductor DeepL para pensar entre inglés y español, ventanas chiquitas de TextEdits con notas y citas pegadas y copiadas para sacar su formatting, un Word que llena la pantalla para tapar todo (un supuesto momento de concentración), márgenes y capturas de pantallas de tamaños diferentes, más y más misceláneas. Mi Desktop se vuelve el espacio de un mapa conceptual hecho en píxeles de tipos diferentes (.docx, .jpg, .html, .psd, .indd, etc.) del proyecto actual en que estoy trabajando. A veces se producen encuentros de proyectos múltiples, capas que van una arriba de la otra, capas que se tocan (1).

 

(1) Capas que tocan de mi Desktop actualmente.

 Josefina y Paz se propusieron trabajar en los archivos que, a partir de su lectura, decidieron que conformarán los próximos tres tomos de Catálogo. Los textos de la danza. Por la cantidad de materiales necesitaban mucho espacio para desplegar(se) en y con el material, para poder ver muchas relaciones a la vez. Nos encontramos en un museo con su sala vacía, calurosa, por la tarde, un lateral de vidrio y los otros lados llenos de pequeñas ventanas. En el espacio hay suficientes paredes para desplegar todos papeles (2).  

 

(2) Suficientes paredes para desplegar papeles en el museo.

 Lo que vi acontecer durante los diez días que entramos y salimos del museo, es el desarrollo de un sistema de despliegue de píxeles hechos tinta y papel montados sobre las paredes. El proceso no tenía mucho que ver con una computadora en sí, sin embargo, encontré que tiene mucho que ver con mi Desktop. Este ¿no-espacio? de la computadora quizás es una paradoja cotidiana: a menudo se niega la computadora en LA Danza por el opuesto discursivo entre Computadora y Cuerpo, pero las prácticas de danza entran constantemente en espacios computacionales que alojan y mueven sus archivos. Estos archivos son justamente el material con que estaban trabajando Josefina y Paz en las paredes del museo. Pareciera ser, según el sistema de trabajo y edición de estos libros de danza (3), que el Desktop y el libro no son, en principio, espacios suficientes. Ni hablar del celular. 

Link a video (3)

(3) El sistema de desplegar materiales en paredes para hacer libros de danza. 

 Así que fuimos a San Luis para sumergirnos y mover(nos) en las paredes de una residencia. Luego de 9 horas de ruta saliendo a las 5 de la mañana de Capital Federal, cruzando Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y una parte de San Luis (4) y un día y medio de adaptación corporal que pasó a la velocidad de un click (5) mientras seguía caminando bajo el sol fuerte de la montaña… Resulta que tampoco usé mucho mi computadora. Usé mi celular para grabar videos, sacar fotos, compartir datos con Josefina (porque no andaba muy bien Internet) e hice un poquito de noise y gestión en las redes sociales (6). Después (ahora mientras escribo este texto desde el Word que tapa mi Desktop), y luego de 9 horas en sentido contrario camino a Buenos Aires (esta vez saliendo a las 4:30 de la mañana) (7), con la sensación absurda del sueño encima por habernos levantado tan temprano sumado al cansancio después de despegar y sacar todos los documentos de las paredes del museo (8), quiero hacer algo similar a la realización de un libro de danza en residencia: desplegar materiales espacialmente (en mi Desktop) para pensar y procesar. Para ver muchas cosas a la vez.

 

(4) Cruzando. 

 


(5) Un click corporal 

(6) Noisey redes.

(7) A las 4.30 de la mañana. 

 (8) Unos momentos absurdos. 

B. Palabras trasladadas 

Tenía en San Luis mi copia (física) del libro Improvisación en Danza, publicado y traducido por the one and only Segunda en Papel Editora y recordé que en el texto titulado Delante de tus ojos, Lisa Nelson habla de que el uso del video portátil en la danza le permitió volverse  espectadora de su propia visión. Cito una parte (en mi Desktop) (9): 

 (9) La cita de Lisa Nelson. 

 Mientras observaba el salto analógico de los archivos de la computadora al papel, al corte con tijera, a la pared… me preguntaba por mi propia forma de mirar  mi computadora. ¿Desplegar un archivo espacialmente cambia la forma de observar y ser observada? 

Otro libro que tenía conmigo era Recursividad y contingencia de Yuk Hui publicado por Caja Negra. El libro hace un recorrido por el pensamiento filosófico (bien duro) de la recursividad y la contingencia, para hablar de lo cibernético y lo sensible más allá de la funcionalidad. Tomé notas y subrayé el libro, también pasé mucho tiempo buscando (¡me costó!) una cita sobre el reloj, en la que Yui Hui habla de dicho  mecanismo no como algo negativo, sino como una forma de pensar y no como totalidad. 

Un día de todos los que pasamos juntas en residencia, mientras Josefina y Paz trabajaban en el tomo IV de los Catálogos y detrás de la pared móvil que dividía al espacio en dos salas (pero que no llegaba a cerrar por completo), use la cinta autoadhesiva de Segunda en Papel Editora del otro lado de la sala para armar una maqueta en papel de un libro. Ese día fueron Josefina y Paz quienes sacaron fotos de mi trabajo (10) y de mí también mientras ponía el trípode con mi celu para grabarlas en acción en la otra la sala (11). Cada tanto llamaba a Paz para que viniera a chequear lo que iba haciendo al armar mi libro y revisar si tenía bien la paginación.

 (10) Unas fotos sacadas por Josefina y Paz.

(10) El trípode del otro lado. 

C. Microclimas

Cinta y papel, cinta de papel, paredes de un museo con muchas ventanas, es un sistema sorprendente resistente al viento y la lluvia de una tormenta suficientemente fuerte para hacer lío en las calles de Carpintería (12). 

Link a video 1 (12)
Link a video 2 (12)

(12) Un sistema resistente x 2. 

Estar en residencia significa trabajar los domingos. Trabajar en lo que te encanta es trabajar pero de otra manera, independientemente del día. ¿Es esto realmente trabajar? (13)

 

(13) ¿Es realmente trabajar?

Tierno y brutal. Intenso y pacífico. Las sensaciones en mi cuerpo eran nuevas y siempre acompañadas de una tensión, un “entre” que todavía me cuesta poner en palabras, aunque pude ponerle movimiento en el museo (14).

(14) Tierno y Brutal.

Me adapté rápido al ritmo apaciguado de la Carpintería, y me resultaba muy intenso el tránsito por Merlo, que no  es el ritmo de Buenos Aires. Hubo una época en que Merlo fue famoso por la calidad de su aire, un microclima que ayudaba a curar cualquier enfermedad. Creo que por el creciente  tráfico no existe más ese aire. A pesar del lío de Merlo y su falta de microclima sano, fuimos dos veces. Una, para visitar el mercado donde compré yuyos y un vinagre de molle y miel (Paz compró una bolsa de una yerba especial para seguir juntando fuerzas el domingo en residencia), y la segunda, (un viernes a la noche) para dar una charla en una librería que había abierto sus puertas  hacía sólo dos meses: Sacha Libros. Fue un evento espontáneo, una de las contingencias emergentes de hacer libros de danza en residencia en otra ciudad, del estar presente y de las ganas de conocer a la gente local, y viceversa (15).

 

(15) El no-microclima de Merlo.

D. Partículas 

El papel ya cortado no sirve y hay que tirarlo. Los otros papeles (16) los separamos para usar como borradores (17) para el taller de Oficios Editoriales que dieron Josefina y Paz el sábado a la tarde antes de aperturar el trabajo realizado en residencia. Una diferencia intuitiva. 

 

(16) ¿Papeles? 

 

(17) ¿Borradores?

 

Aprendimos, en el transcurso de la convivencia, que a Paz le molesta que hayan migas sobre la mesa o en el piso, y que a mí me gusta comer snacks todo el tiempo (18). ¿Siempre hacen falta snacks durante una residencia? Una de las tardes fui caminando al quiosco más cerca del museo para comprar snacks y bebidas frías para reanimar los cuerpos. No era domingo, pero igual estábamos cansadas y hacía mucho calor.

(18) Migas. 

E. Disposiciones 

Hay un cartel entrando al estacionamiento del museo que dice “Estacionar a 45º grados”. Por la disposición de los árboles no entendíamos cómo ubicar el auto, ¿desde que referencia tomar esta dirección?. Nos importaba estacionar debajo de los árboles para que el auto estuviera protegido de los rayos de sol (pero nunca a 45 grados) (19).

(19) 45 grados. 

Para buscar los snacks ese día, tuve que caminar sobre la ruta Av. Mandarinos. Caminé hacia el lado contrario. Cuando me di cuenta que no había nada, siquiera una casa, volví para atrás por el otro lado. Camino de montaña, en subida, bajo el sol. Me gustó el ejercicio. La distancia de un pueblo no se percibe igual que el recorrido de las distancias en la ciudad (20). 

 

(20) Distancias nuevas.

F. Rincones 

El sistema de trabajo del que fui testigo durante los días en San Luis es sólo una parte de lo que será el desarrollo final de los libros que Josefina y Paz seguirán trabajando (librazos, estoy segura). El resto seguirá (no únicamente pero principalmente) en los espacios de las computadoras de Josefina y Paz, en las llamadas virtuales, en los espacios-tiempos de sus Desktops (seguramente muy diferentes uno al otro, y también muy diferentes del mío), pero que juntos conforman los rasgos de un proceso todavía (y tal vez por siempre) por desplegar en rincones de archivos, píxeles y tintas, en estos lugares del sistema que se esconden detrás de sus labores hacia la materialización de los libros, como los códigos suelen estar en general pero que, sin embargo, todavía (y siempre) forman parte de su experiencia (21).

 

(20) Algunos códigos del sistema. 

Hay sistemas para hacer libros de danza y, según mi experiencia en San Luis, aunque este sistema es luego fijado en tinta, sigue viviendo en el más allá de los susurros del viento que mueve papeles resistentes a un clima (ahora sin micro), en los restos de papel no cortado para tomar notas y usar en otros talleres, en las memorias mezcladas con los píxeles de mi Desktop, en los píxeles de un archivo guardado en el espacio de otro(s) Desktop(s) y, de vez en cuando en el celular, por si a alguien le gusta usar este espacio (siempre a su propio riesgo). Si bien prefiero sobre todo el espacio de un libro, no creo que sea más real que el sistema a través del cual se forma (22).

Link a video (22)

(22) Otra ejecución del sistema de hacer libros de danza de Segunda en papel Editora.  

 

 

 

 

Renee Carmichael

Es una experimentadora de los ritmos no comprensibles entre el cuerpo, el algoritmo y el movimiento como manera de pensar los gestos incomputables e incomprensibles de procesos abstractos que se ejecutan en, pero más allá de, las palabras. Sus obras mezclan la teoría y la práctica en diferentes formatos (textos, algoritmos, instalaciones, performances, bailes, videos, sitios web). En su práctica esa mezcla constante de lenguajes tiene el objeto de encontrar espacios al límite del lenguaje, siempre en el marco de un feeling corporal. 

Desde su nacimiento en Seattle en 1986 vive con esos códigos gestuales en el mundo (EEUU, París, Londres, Berlín), que ahora, explora en Buenos Aires. Es fundadora de la editorial experimental Flee Immediately! y co-fundadora del podcast Liminal Bits, junto a Laura Benech. Tiene una Maestría en Medios Interactivos: Teoría y práctica crítica de Goldsmiths College en Londres. Actualmente está realizando un doctorado en Teoría Comparada de las Artes en la UNTREF.

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